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Setas de ostra con nueces y queso ahumado. RECETAS TEMPORADA ISOECO

No dudéis en servir estas Setas de ostra con nueces y queso ahumado como entrante o como guarnición, en cualquiera de los casos va a resultar un acierto para todos los que disfrutan de las setas. Es una receta muy sencilla, de hecho, estas setas con ajo y perejil se sirven de forma muy habitual en muchos hogares y restaurantes.

Añadiéndole un buen queso como el San Simón da Costa que impregnará al plato de un toque ahumado y cremoso, además del fruto seco, que siempre acompaña también a las setas, seguro que aún conquistará a más comensales, y es muy fácil convertirlas en plato único en una cena informal, servid las Setas de ostra con nueces y queso ahumado sobre una rebanada de pan de hogaza tostado…

Ingredientes (4 comensales):
  • 500-600 gramos de setas de ostra (Pleurotus ostreatus), 
  • 8-10 nueces, 
  • 3 dientes de ajo grandes, 
  • perejil rizado, 
  • pimienta negra, 
  • aceite de oliva virgen extra, 
  • sal, 
  • queso San Simón da Costa.

Elaboración:
Limpia bien las setas y sécalas, las que sean muy grandes córtalas para que todas tengan un tamaño aproximado. Pela las nueces y trocéalas, pela los dientes de ajo y córtalos en láminas. Corta unas lonchas muy finas de queso ahumado San Simón da Costa, puedes poner la cantidad de queso que desees en el momento del emplatado, incluso poner unas virutas cuando aún están en la sartén para que se funda y aporte su cremosidad y sabor. Pon una sartén amplia con un poco de aceite a calentar, como es una cantidad voluminosa de setas, puedes hacerlas en dos veces, en dos sartenes o poniéndolas en dos capas en una sartén, entonces deberás controlar mejor que todas se cocinen por igual.

PATE DE BERENJENA, RECETA DE TEMPORADA.


Paté de berenjena

1 berenjena grande o dos medianas
1 cebolla
2 ó 3 dientes de ajo
2 cucharadas de tahine (opcional)
El zumo de medio limón
4 cucharadas de aceite de oliva
1 ramillete de perejil
1 cucharada de comino molido
Sal y pimienta

Preparación:
Pelamos y cortamos la cebolla. Lavamos y cortamos las berenjenas en dados pequeños
En una sartén calentamos el aceite y añadimos la berenjena y la cebolla hasta pochar
bien, removiendo para que no se nos pegue.
Lo pasamos a un recipiente para batir, junto con los ajos, el perejil, zumo de limón,
comino, sal y pimienta.
Untado en una tostada nos chuparemos los dedos
Si esta poco espeso podemos añadir pan rallado

ACELGAS AMARILLAS Y ROJAS. PRODUCTOS ECOLÓGICOS DE TEMPORADA DE ISOECO-BIOALAMO


La acelga (Beta vulgaris var. Cicla) es un vegetal de la familia de las Amarantáceas, como las espinacas o la remolacha, originaria de Europa y África, zonas templadas del Mediterráneo, aunque se ha extendido su cultivo en países como Asia y América, donde además se están recuperando algunas variedades de acelgas de color que se conocen desde el siglo XVI. Los países que encabezan el cultivo de acelgas son España, Italia, Alemania, Bélgica, Holanda, Estados Unidos y Canadá.
La acelga es una verdura de invierno, aunque la podemos encontrar todo el año en el mercado. Sus grandes hojas y sus pencas forman la parte comestible de esta planta bianual de la que se conocen distintas variedades, siendo las más apreciadas la Amarilla de Lyon, de hojas grandes, verdes y onduladas, con pencas blancas y bien anchas, la Bressane, de hojas más rizadas, color verde más oscuro y pencas blancas y anchas, la variedad francesa Carde Blanche y entre otras, destacan, aunque son menos habituales las variedades coloreadas, rojas, naranjas o amarillas.

No es una de las verduras más apreciadas en la actualidad, aunque en el curso de su historia encontramos que ha sido una planta muy apreciada por sus propiedades medicinales y nutricionales. Su fácil cultivo y su particular sabor, algo amargas, insípidas según la cocción proporcionada… son quizá los culpables de su poco ‘glamour’ culinario, aunque tanto sus pencas carnosas como sus grandes hojas proporcionan muchas posibilidades en la cocina.
La acelga es una verdura muy vinculada a las dietas de adelgazamiento, ya que resulta muy poco energética. Siendo más del 90% de su peso agua, proporciona en torno a las 25 kcal. por 100 gramos, discreta en carbohidratos, proteínas y grasas y rica en vitaminas y minerales como los folatos, beta caroteno, potasio, magnesio, sodio, calcio, hierro, yodo…
Las acelgas debemos comprarlas bien frescas, con las hojas tersas y brillantes y las pencas crujientes y duras. Son muy perecederas, deben conservarse en el frigorífico pero no más de dos o tres días.
Seguro que todos conocéis muchas recetas para hacer las acelgas, se pueden consumir en crudo en ensaladas aprovechando más sus nutrientes, sobre todo si son bien frescas. Es muy habitual prepararlas hervidas o cocinadas al vapor, como otras verduras, acompañadas de patatas, zanahorias, cebolla… resultan muy sabrosas rehogadas o fritas, rebozadas, y como parte de distintos rellenos y/o acompañamiento de pescados y carnes. Hay que tener en cuenta que las pencas necesitan más tiempo de cocción, así que dependiendo de la receta que se quiera elaborar, convendrá cocinarlas por separado.
Podemos encontrar la acelga fresca, como ya hemos comentado, pero también congelada, en conserva o envasada y lista para su consumo como producto de cuarta gama. Es muy habitual actualmente encontrar las acelgas baby, hojas pequeñas y tiernas, que se pueden cultivar en macetas en el hogar.

Judías verdes en juliana - Receta de la semana con productos ecológicos de temporada. ISOECO-Bioalamo

 
Las judías verdes hervidas y aliñadas con una ligera vinagreta o rehogadas con unos ajitos, es uno de los platos frecuentes en casa. Me gustán de todas las maneras, pero si están cortadas en juliana parece que saben más ricas

Ingredientes Ecológicos:

  • 400 gr de judías verdes planas.
  • 200 gr de patatas nuevas.
  • Aceite virgen extra ecológico
  • Vinagre.
  • Sal.

Preparación: 
Se quitan los extremos y los hilitos laterales de las judías y se corta en juliana. Yo lo he hecho con este cortador de judías con el que estoy encantada. Sólo hay que presionar con la judía sobre la zona donde están las cuchillas y quedan los hilos laterales por un lado, y la judía cortada en juliana en el centro.

Se pone a calentar un cazo con agua y sal y, cuando empieza a hervir, se añaden las judías ya cortadas. El tiempo de cocción depende del gusto de cada uno, a mi me gusta que queden al dente, de modo que en cuanto las veo así, las paso a un bol con agua fría, de este modo no pierden ese color verde tan bonito, y rápidamente se ponen a escurrir.

En otro cazo también con agua y un poco de sal, se cuecen las patatas hasta que están blanditas. A veces cuezo también unos cascos de cebolla fresca.

Judías y patatas se riegan con una vinagreta y se sirven medio tibias.

Cuando las preparo al ajillo y llevan este corte, no hace falta hervirlas, directamente se rehogan y quedan con un puntito muy rico.